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56 Prueba Lectura crítica Lee el texto lírico y responde las preguntas 1 a 3. 1. El poema pertenece a la poesía épica medieval, esto quiere decir que en él se combinan A. historias antiguas con poesía. B. relatos históricos con poesía. C. relatos heroicos con poesía. D. relatos de amor con poesía. 2. En el verso moro que en tal signo nace la palabra en color tiene la función de A. nombrar un gentilicio. B. dar una cualidad a su carácter. C. señalar lo que hace. D. modificar el tiempo en que nace. 3. Por el contenido del poema puede decirse que el personaje central A. a pesar de su procedencia, es importante. B. por su procedencia, se duda de su importancia. C. es hijo de moro y cristiana, por lo cual es recha- zado. D. ha mentido sobre su procedencia. 4. La palabra nociones , en el contexto del fragmento anterior, puede ser reemplazada por A. opiniones. B. conceptos. C. generalidades. D. conocimientos. 5. En el texto, la afirmación“la experiencia ha creado el arte, la inexperiencia marcha a la aventura” se inter- preta como A. la exaltación del arte por medio de la experiencia. B. la crítica a la inexperiencia. C. el arte como muestra de la experiencia. D. la incitación a la aventura. 6. El fragmento presenta una idea o hipótesis del autor que será desarrollada a lo largo del texto; por ello, el párrafo es A. narrativo. B. argumentativo. C. explicativo. D. descriptivo. Lee un texto filosófico y responde las preguntas 4 a 6. Metafísica En los hombres la experiencia proviene de la memoria. En efecto, muchos recuer- dos de una misma cosa constituyen una experiencia. Pero la experiencia al parecer se asimila casi a la ciencia y al arte. Por la experiencia, progresan la ciencia y el arte en el hombre. La experiencia, dice Polus, y con razón, ha creado el arte; la inexperien- cia marcha a la aventura. El arte comien- za, cuando de un gran número de nocio- nes suministradas por la experiencia, se forma una sola concepción general que se aplica a todos los casos semejantes. ARISTÓTELES. Metafísica, Libro 1 . Salamanca: Gredos, 1989. Romance de Abenámar —Abenámar, Abenámar, moro de la mo- rería, ¡el día que tú naciste grandes seña- les había! Estaba la mar en calma, la luna estaba cre- cida, moro que en tal signo nace no debe decir mentira. Allí respondiera el moro, bien oiréis lo que diría: —Yo le diré mi señor, aunque me cueste la vida, porque soy hijo de un moro y una cristiana cautiva; siendo yo un niño y mu- chacho mi madre me lo decía que mentira no dijese, que era grande en villanía. ANÓNIMO. “Romance de Abenámar”. En: Romancero español . Madrid: Alicante, 2001.
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