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18 Partes del Cid • Cantar del destierro El Cid sale de Vivar; llega a Burgos, donde nadie se atreve a darle asilo por temor a las re- presalias del rey. En la ciudad se aprovecha de la avaricia de unos judíos. El Cid se dirige al monasterio de San Pedro de Cardeña, para despedirse de su esposa, doña Jimena, y de sus dos hijas. Luego entra en tierra de moros, asalta la villa de Castejón y vence a los moros en varias ocasiones, recogiendo un rico botín del que envía parte al rey; continúa sus correrías y derrota al conde de Barcelona. • Cantar de las bodas Refiere la conquista de Valencia. El Cid vence al rey moro de Sevilla y envía un nuevo presente al rey Alfonso VI, lo que permite el reencuentro del Cid con su familia. Poco después, la ciudad es sitiada por el rey moro de Marruecos; el Cid lo derrota y envía un tercer presente al rey. Los infantes de Carrión solicitan al rey de Castilla a las hijas del Cid en matrimonio; el rey logra el consentimiento del Cid y lo perdona solemnemente. Con los preparativos de las nupcias termina el cantar. • Cantar de la afrenta de Corpes Los infantes de Carrión quedan en ridículo por su cobardía en el campo de batalla. De- ciden vengarse y para ello, parten de Valencia con sus mujeres y al llegar al robledal de Corpes, las abandonan, después de azotarlas. El Cid pide justicia. Convocadas las cortes en Toledo, los guerreros del Campeador desafían y vencen a los infantes, que son de- clarados traidores. El poema termina con las nuevas bodas de las hijas del Cid, con los infantes de Navarra y Aragón. Tradiciones anónimas Junto a la literatura culta, de cleros y nobles, se desarrolla paralela otra literatura llamada popular y tradicional, que también posee una extraordinaria calidad artística. Esta litera- tura pertenece al folclor, al saber tradicional del pueblo y está fuertemente vinculada a las costumbres, los juegos, las fiestas y las creencias. En ella se incluyen cuentos, leyen- das, canciones y romances. Una de las características de la literatura popular es su transmisión oral de generación en generación. Se trata de formas fuertemente expresivas, muy breves y sencillas, fáciles de recordar y por lo general anónimas. Por estas razones, un mismo cuento, romance o cantar puede presentar variaciones. A lo largo de la Edad Media y en los primeros tiempos de la literatura y la lengua española, se dieron tres grandes núcleos líricos de carácter oral tradicional: el arábigo o andaluz, el galaico o portugués y el castellano. Tradiciones castellanas: los villancicos Mientras la lírica árabe produjo las jarchas y la lírica galaico-portuguesa produjo los can- cioneros, la forma castellana más genuina es el villancico : composición formada por un estribillo inicial de dos, tres o cuatro versos. Este villancico inicial se compone de estrofas y, al final de estas, se suele repetir todo o parte del villancico, a modo de estribillo. Con- tiene un vocabulario a veces repetitivo y recurre a aliteraciones (repetición de un mis- mo sonido o combinación), anáforas (repetición de una misma palabra), paralelismos y repeticiones expresivas de palabras o sintagmas. Muchas de estas canciones populares han sido recogidas a partir del siglo XV en cancioneros, y estas colecciones a su vez han inspirado a autores cultos de tiempos posteriores. Lee el siguiente: Todos duermen, corazón, todos duermen y vos no. Catedral de Santa María, Palma de Mallorca. 1229-1346. Construída sobre una mezquita árabe. Es símbolo de la Reconquista española.

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