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51 habían empezado a llegar a la plaza principal, aunque no era mercado (…). Jesús Moreno pensaba, mientras subía al ce- menterio, que sería undía como cualquier otro. Pero antes de las ocho se produjo el primer síntoma de que algo anormal ocurría en Chiquinquirá, cuan- do uno de los colegiales se des- plomó en plena calle. La tragedia A partir de ese instante, la vieja casa donde funcionaba el hospital empezó a recibir con sorpresa personas intoxi- cadas. Inicialmente se creyó que era una familia, pero luego trajeron pacientes de otras cuadras e incluso de otros barrios. Los tres médicos y las cinco enfermeras de turno se prepararon como pudieron para afrontar la emergen- cia. Ante todo, ha- cerlos vomitar utili- zando huevos crudos, trozos de cebolla, carbón de palo molido. Pero no era su- ficiente. Los enfermos caían en un estado de somnolen- cia, perdían el conocimiento y había que tenderlos en los catres. Algunos eran lleva- dos inconscientes y resultaba imposible hacerlos vomitar. Poco después de las ocho de la mañana, empezó a correr el rumor de que el agua estaba envenenada. El inspector de policía, Je- sús María Zambrano, apenas se enteró de la noticia, man- dó razón a la casa para que no probaran el agua. El mu- chacho que llevó el mensaje corrió por la carrera Décima y bajó por la calle Dieciocho para dar el aviso. En el trayec- to pasó por el número 8-17, donde la panadería Nutibara seguía despachando pan fres- co a sus parroquianos habi- tuales (…). Allí [en el hospital] reina- ba un caos tremendo. Había dos o tres personas acosta- das en una sola cama y nadie sabía qué estaba ocurriendo. Poco después, alguien que ofreció un mendrugo de pan a un pollo y lo vio morir casi al instante, dio la voz de alarma: el pan estaba envenado. Para Aurelio Fajardo, el dueño de la panadería Nutibara, la no- ticia fue como un garrotazo. Enloquecido, salió a la calle gritando: “¡No coman pan, no coman pan, que está enve- nenado…!” (…). El veneno [...] Luis Alberto Rodrí- guez, de 51 años, el dueño de Mi Granja, no compraba lo del día en la panadería Nuti- bara, y la víspera había tenido un molesto incidente con el chofer de transportes Mentoca que le había llevado de Bogotá unas cajas de folidol. Al recibir el despacho, Rodríguez se dio cuenta de que las cajas habían sido colocadas boca abajo y que uno de los frascos estaba roto. Se quejó ante el chofer, le dijo que tenía que pagarle el frasco y le advirtió que se tra- taba de un producto peligroso. Un año antes le había ocurri- do un incidente similar con Transportes Boyacá, y esta vez, como entonces, se negaron a pagarle. Entonces Rodríguez, enojado, cerró el depósito y se dirigió a su casa, mientras quedaban guardadas las cajas donde una calavera roja adver- tía en grandes caracteres: “Pe- ligro: Veneno”. Uno de los 24 frascos transportados no se podría vender ya, porque, al romperse en el camino, se había regado su contenido y había impregnado los costales de harina que venían debajo. [...] A las diez de la mañana ya se contaban varios muertos en el hospital, y más de dos- cientas personas interna- das. Las camas no daban abas- to, y en los sofás, en las sillas y hasta en el piso de los corredo- res en construcción empeza- ban a acostar a los enfermos. [...] Ese sábado y ese do- mingo abrieron tumbas sin descanso. Más de las que to- caba. Después de enterrar los 65 muertos todavía sobraron diez huecos. Entonces Jesús Moreno pudo descansar un poco. Pero estaba conmovi- do por la tragedia. No quiso pedir ni aceptar propinas, y al final del mes se conformó con sus 500 pesos de salario [...]. SAMPER Pizano, Daniel. El día que envenenaron a Chiquinquirá . [en línea]. [consultado el 25 de abril de 2014] Disponible en <http://goo.gl/1Y6GLQ >. Relato Incluye detalles que le permiten al lector, vivir el evento. Describe: Hecho El evento que genera la crónica. Localización Lugares en donde ocurrieron los hechos. Registro del tiempo Presentación de los hechos en orden cronológico. Participantes Las personas a quienes les ocurrieron o participaron en los hechos. Cotidianidad Presenta la vida o hechos de la vida de los protagonistas. Crean empatía con el lector. Último suceso Datos con los que se cierra la crónica. Cuerpo del texto Cierre Chiquinquirá, Boyacá. Fuente en donde se publica o se recopila la crónica. Juan Gregory Alonso.
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