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49 para afrontar la emergencia. Ante todo, hacerlos vomitar utilizando huevos crudos, tro- zos de cebolla, carbón de palo molido. Pero no era suficiente. Los enfermos caían en un esta- do de somnolencia, perdían el conocimiento y había que ten- derlos en los catres. Algunos eran llevados inconscientes y resultaba imposible hacerlos vomitar. Poco después de las ocho de la mañana, empezó a correr el rumor de que el agua estaba envenenada. El inspector de policía, Jesús María Zambra- no, apenas se enteró de la noticia, mandó razón a la casa para que no probaran el agua. El muchacho que llevó el mensaje corrió por la carrera Décima y bajó por la calle Dieciocho para dar el aviso. En el trayecto pasó por el número 8-17, donde la panadería Nutibara seguía despachando pan fresco a sus parroquianos habituales (…). Allí [en el hospital] reina- ba un caos tremendo. Había dos o tres personas acostadas en una sola cama y nadie sa- bía qué estaba ocurriendo. Poco después, alguien que ofreció unmendrugo de pan a un pollo y lo vio morir casi al instante, dio la voz de alarma: el pan estaba envenado. Para Aurelio Fajardo, el dueño de la panadería Nutibara, la no- ticia fue como un garrotazo. Enloquecido, salió a la calle gritando: “¡No coman pan, no coman pan, que está enve- nenado…!” (…). El veneno [...] Luis Alberto Rodrí- guez, de 51 años, el dueño de Mi Granja, no compraba lo del día en la panadería Nuti- bara, y la víspera había tenido un molesto incidente con el chofer de transportes Men- toca que le había llevado de Bogotá unas cajas de folidol. Al recibir el despacho, Rodrí- guez se dio cuenta de que las cajas habían sido colocadas boca abajo y que uno de los frascos estaba roto. Se quejó ante el chofer, le dijo que te- nía que pagarle el frasco y le advirtió que se trataba de un producto peligroso. Un año antes le había ocurrido un incidente similar con Trans- portes Boyacá, y esta vez, como entonces, se negaron a pagarle. Entonces Rodríguez, enojado, cerró el depósito y se dirigió a su casa, mientras quedaban guardadas las cajas donde una calavera roja ad- vertía en grandes caracteres: “Peligro: Veneno”. Uno de los 24 frascos transportados no se podría vender ya, porque, al romperse en el camino, se había regado su contenido y había impregnado los costales de harina que venían debajo. [...] A las diez de la ma- ñana ya se contaban varios muertos en el hospital, y más de doscientas personas inter- nadas. Las camas no daban abasto, y en los sofás, en las sillas y hasta en el piso de los corredores en cons- trucción empezaban a acostar a los enfermos. [...] Ese sábado y ese domingo abrieron tumbas sin descanso. Más de las que tocaba. Después de enterrar los 65 muertos todavía sobraron diez huecos. Enton- ces, Jesús Moreno pudo des- cansar un poco. Pero estaba conmovido por la tragedia. No quiso pedir ni aceptar propinas, y al final del mes se conformó con sus 500 pesos de salario [...]. SAMPER Pizano, Daniel. El día que envenenaron a Chiquinquirá . [en línea]. [consultado el 25 de abril de 2014] Disponible en <http://goo.gl/1Y6GLQ >. Desharrapados: (De des- y el ant. y dialect. harrapo , harapo ) desheredados, muy pobres. Víspera: (Del lat. vespĕra , la tarde) día que antecede inmediatamente a otro determinado. Vocabulario Manejo de la información Los cronistas presentan con palabras lo que ven con sus ojos. Ellos utilizan la des- cripción y se valen de los adjetivos y las comparaciones. Atendiendo a lo anterior, identifica el fragmento que haría parte de una crónica. Desarrolla competencias Chiquinquirá, Boyacá. a. ( ) Después de escuchar el boletín radial de las siete de la mañana, Samuel Burkat, un ingeniero alemán que vivía solo en un pent-house de la Avenida Caracas, en San Bernardino, fue al abasto de la esquina a comprar una botella de agua mineral para afeitarse. Era el 6 de julio de 1958. b. ( ) Las aves tienen un tipo de respiración llamado unidireccional. El aire entra a través de un conduc- to hasta los pulmones y el dióxido de carbono sale por el otro; de esta forma, el aire que se respira es fresco y no se mezcla con el expulsado. Juan Gregory Alonso. Evidencia: • Identifica las estrategias narrativas del autor para relatar su perspectiva sobre lo que ha ocurrido en una región.

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