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13 La cacica de Guatavita Sucedió pues que en aquella edad que entre las mujeres que tenía estaba una de tan buenas partes en sangre y hermosura, que así como en esto excedía a las demás, tam- bién las excedía la estimación que hacia ella tuvo el Guatavita. Lo cual, no advirtien- do la cacica como debiera, hízole traición con un caballero de los de la corte, y no tan en secreto que no llegara a los oídos del marido. El cual puso tan buenas diligencias en haber a las manos al adúltero, [...] habiéndole primero hecho cortar las partes de la punidad, con las cuales quiso castigar a la mujer.[...] En la cual fueron creciendo tanto los sentimientos de estas fiestas amargas para ella. [...] Y así un día en que halló la ocasión que deseaba, se salió del cercado y casas de su marido a deshora; con el mayor secreto que pudo, sin llevar consigo más que una muchacha que llevaba cargada una hija que había parido poco hacía de su marido, el cacique, y caminando a la laguna apenas hubo llegado cuando, por no ser sentida de los jeques que estaban a la redonda de sus chozuelas, arrojó a la niña al agua y ella tras ella, donde se ahogaron y fueron a pique, sin poderlas remediar los mohanes que salieron de sus cabañas al golpe que oyeron del agua; aunque conocieron luego por ser de día, quien era la que se había ahogado. [...] No fue perezosa la fama en divulgar por toda la tierra este suceso. Y así, en lo que tuvo de verdad como de fabuloso y mentira, como era el decir que estaba la cacica viva después de haber muerto en las aguas de la laguna, lo cual se creyó con facilidad que era la verdad del caso, porque el enemigo de ella disponía los ánimos a que se persuadiesen a ello; con que también lo quedaron a ser verdad lo que ya les había introducido que después de muertos había otra vida donde comían y bebían y eran servidos de sus criados como en esta. Por donde se venían a perder más temprano tantas almas, como eran las de aquellos criados que enterraban consigo vivos los caciques y señores, de más de sus comidas y bebidas, armas, vestidos y telas con que hacer otros en rompiéndose aquellos con que los enterraban. Luego comenzaron a tener fuerzas los sacrificios que se hacían en la laguna, yendo con ellos allí en todas sus necesidades, pareciéndoles a los vasallos del Guatavita que, pues estaba allí viva su cacica, se las remediaría. SIMÓN, Fray Pedro. Antología de la narrativa breve de ficción en la Nueva Granada. Edición de Héctor Orjuela. Bogotá: Guadalupe, 2003. Merwart, Paul. Decaulión soteniendo en alto a su esposa . Fecha desconocida. Galería de arte de Lviv, Ucrania. Los mitos fueron recopilados posteriormente por autores interesados en reconocer cómo veían el mundo los pueblos americanos. Muchas veces, los mitos fueron adapta- dos al lenguaje de los españoles que los escuchaban y los transcribían. Ahora, lee el siguiente mito transcrito por Fray Pedro Simón y observa la imagen. Responde las preguntas. 1. ¿Por qué crees que Fray Pedro Simón describe parte de lo que cuenta como un suceso que tuvo tanto de verdad como de “fabuloso y mentira”? 2. ¿Qué relación hay entre el mito de la cacica y el rito de los sacrificios a la laguna? 3. El mito de Deucalión y Pirra que retrata la pintura, narra cómo estos dos perso- najes repoblaron la Tierra después del diluvio enviado por Zeus. ¿Qué elemen- tos de la imagen se pueden relacionar con el mito de La cacica de Guatavita ? Análisis literario Jeque: (Del ár. hisp. šáyh y este del árabe clásico šayh, anciano que manda ) anciano que gobierna un pueblo. Mohán: (De la lengua añú de los wayú, espíritu de las aguas) sacerdote, sabio curandero o chamán. Vocabulario Evidencias: • Determina la identidad cultural presente en textos literarios y la relaciona con épocas y autores. • Valora expresiones artísticas propias de los distintos pueblos y comunidades.
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