Ser_Len08_Alu

10 La búsqueda de El Dorado El Dorado es una ciudad mítica, supuestamente ubicada en el territorio del antiguo Vi- rreinato de Nueva Granada, en la zona del altiplano cundiboyacense, donde se creía que había oro en grandes cantidades. La leyenda se origina en el siglo XV, a raíz del desme- surado deseo de los españoles por encontrar una ciudad construida completamente de oro. La búsqueda de El Dorado fue una de las razones por las cuales se incrementaron los viajes de expedición y conquista al norte de Suramérica durante varios siglos. La his- toria de El Dorado se inició cuando los conquistadores españoles tuvieron noticias de una ceremonia realizada en una laguna sagrada llamada Guatavita, en donde se ofrecía tributo a los dioses y el cacique se cubría el cuerpo con polvo de oro. El rumor de la existencia de El Dorado alimentó la imaginación de Gonzalo Jiménez de Quesada y en 1535 emprendió la búsqueda de esta ciudad mítica con una expedición desde Santa Marta hacia el interior del territorio, siguiendo el curso del río Magdalena; a medida que avanzaba empezó a observar abundancia de sal, oro y esmeraldas hacia las tierras de la Confederación muisca y así llegó a las minas de sal de Zipaquirá y Nemocón. Atraído por El Dorado, Quesada fue el primer español en arribar al “Valle de los Alcáza- res” (hoy conocido como Chía) y a Suba (sabana de Bogotá), tierras del Zipa Tisquesusa. Los españoles arrasaron y vencieron a Tisquesusa y al no encontrar la ciudad de oro, continuaron su búsqueda. Nicolás de Federmán y Sebastián de Belalcázar arribaron a te- rritorio muisca después de Quesada, y cada uno de ellos reclamó las capitulaciones te- rritoriales; finalmente, Quesada fue nombrado primer conquistador y regente oficial . Los rumores de los rituales sagrados de los muiscas con ofrendas en oro y esmeraldas se hicieron reales a los ojos de los conquistadores. Las ceremonias religiosas muiscas celebradas en el altiplano cundiboyacense ocasionaron numerosas expediciones por todo el territorio colombiano en busca de otros “Dorados”. El Descubrimiento de América, sumado a las capitulaciones, indujo a los conquistado- res españoles a restar importancia al bagaje cultural y la riqueza del continente ame- ricano. Sin embargo, la lucha indígena por conservar su identidad consolidó, por una parte, una literatura que dio cuenta de las consecuencias de la Conquista y del clamor por recuperar su vida como era antes de la llegada de los españoles; y por otra parte, una literatura que engrandeció la belleza y la riqueza natural de los pueblos americanos, sus creencias, sus ritos y el amor por una tierra pura y exuberante. Autor desconocido. Interior del primigenio bosque en el Amazonas, 1863. En: BATES, Henry Walter. El naturalista en el río Amazonas . Universidad de California, 1962.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTkzODMz