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16 Los viajes literarios Hay una fuerza en la naturaleza humana que nos impulsa a buscar o conseguir algo indeterminado que nos complete como sujetos; puede tratarse del amor, del trabajo, de la espiritualidad o de la creación artística. En la literatura de viajes, tal búsqueda se expresa mediante situaciones simbólicas, como la búsqueda de un tesoro escondido, la peregrinación hacia una tierra prometida o la expedición hacia las profundidades de la mente humana. Distintos tipos de viaje en la literatura • Viaje terrestre. El objetivo de los viajes por tierra no obedece al simple desplaza- miento de un lugar a otro, sino a la necesidad de apartamiento de una realidad cotidiana y aburrida, a una realidad en continuo movimiento, rebelde y llena de aventuras. • Viaje espacial y a otros mundos. Los personajes pasan de un espacio convencional como la tierra, a lugares habitados por seres inusuales. Son viajes de tipo explorato- rio y están relacionados con la literatura de ciencia ficción. • Viaje hacia la mente humana. Se realiza a través de la meditación y reflexión que hace el personaje principal acerca de sí mismo, para combatir sus complejos y emo- ciones más profundos. • Viaje fantástico. El personaje principal emprende un viaje con el fin de cumplir una misión encomendada por la comunidad o los dioses. En el transcurso, el héroe en- frenta diferentes peligros y se encuentra con personajes imaginarios dotados de atri- butos mágicos. • Viaje en el tiempo. Recurso literario que le permite al autor traspasar épocas, hacia el pasado o el futuro. También facilita recrear la sensación de transitar entre mundos paralelos. Lee con atención el fragmento de El corazón de las tinieblas . Identifica el viaje que se describe. El corazón de las tinieblas La tierra parecía algo no terrenal. Estamos acostumbrados a verla bajo la forma en- cadenada de un monstruo dominado, pero allí, allí podías ver algo monstruoso y libre. No era terrenal, y los hombres eran... No, no eran inhumanos. Bueno, eso era lo peor de todo: esa sospecha de que no fueran inhumanos. Brotaba en uno lenta- mente. Aullaban y brincaban y daban vueltas y hacían muecas horribles; pero lo que estremecía era pensar en su humanidad —como la de uno mismo—, pensar en el remoto parentesco de uno con ese salvaje y apasionado alboroto. Desagradable. Sí, era francamente desagradable; pero si uno fuera lo bastante hombre, reconocería que había en su interior una ligerísima señal de respuesta a la terrible franqueza de aquel ruido, una oscura sospecha de que había en ello un significado que uno —tan alejado de la noche de los primeros tiempos— podía comprender. ¿Y por qué no? La mente del hombre es capaz de cualquier cosa, porque está todo en ella, tanto el pasado como el futuro. ¿Qué había allí, después de todo? Júbilo, temor, pesar, devoción, valor, ira —¿cómo saberlo?—, pero había una verdad, la verdad des- pojada de su manto del tiempo. Que el necio se asombre y se estremezca; el hombre sabe y puede mirar sin parpadear. CONRAD, Joseph. El corazón de las tinieblas . Buenos Aires: Emecé, 1988. Viaje hacia la mente humana. Aunque en esta historia se cuenta un viaje hacia el interior de África, el impacto de la naturaleza en la mente del personaje lo hace reflexionar sobre la existencia y la condición del ser humano. Máquina para viajar en el tiempo, de la novela La máquina del tiempo, de H.G. Wells.
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