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13 Literatura El origen de los seres En el mundo de los achaguas, hubo una serpiente que los mataba a ellos y a todos los habitantes del Orinoco. Como estaba acabando con todos, los achaguas le imploraron a Purú, su dios creador, para que los socorriera. Hasta él llegaron las plegarias y fueron escuchadas. Un día, les envió a su hija, la cual mató el animal y lo arrojó lejos. Los indios, felices por el acontecimiento, realizaron grandes festividades en honor de Purú y de su hija. Mientras bailaban y bebían, la culebra se podría a la intemperie y de su cuerpo en descomposición brotaban por doquier gusa- nos que, una vez ponían su cuerpo en tierra, se convertían en indios caribes, sus posteriores mortales enemigos. Cuenta la leyenda que así como la serpiente fue tan feroz y sangrienta con los achaguas, así también el hombre y la mujer en que cada gusano se volvía se convirtieron en los indios pertenecientes a esa tribu sanguinaria que más tarde tanto daño les causó, y creen que esta fue la manera como la serpiente se vengó. SÁNCHEZ, Luis María. Mitos de origen de pueblos indígenas de Colombia . [En línea]. [Consultado el 4 de diciembre de 2016]. Disponible en <http://portalinfantil.mininterior.gov.co> . achaguas: pueblo indígena colombiano que habita en el departamento del Meta. doquier: en todas partes, por cualquier sitio. joropo: baile folclórico de los Llanos Orientales. cansino: lento, pesado, perezoso. Glosario Glosario ¿Cómo te imaginas al dios Purú? Mientras lees Continúa en el Taller de aprendizaje, págs. 209 y 210. ¿Te gusta bailar? ¿Por qué? Mientras lees Joropo ¿Qué es lo que llaman joropo?, preguntaba un mirlo negro, gorjeando en el ramaje perfumado de un almendro. Y un hijo de la llanura que iba cruzando el sendero sobre el cansino trotar de su alazano joyero le contestó con la sombra de su claro pensamiento: El joropo es la cadencia que brotara del ensueño en el cálido celaje de amoroso sentimiento, con ternura de tonada y altivez de golpe recio. Tiene el joropo la estampa del duro varón llanero y en un soropo nació para adueñarse del pueblo. Joropo trasnochador no necesitas mecheros para que alumbren las noches de parrando en hato viejo. La luna se hará presente en el fogón de los cielos, y luz blanca, y luz fresca, aportarán los luceros, mientras la brisa acaricia la frente de los copleros. ¡Joropo trasnochador! ¡Joropito parrandero! Joropito enamorado eres tú mi compañero, pues donde hay mujer bonita no falta el canto llanero. MARTÍN, Miguel A. Lo mejor del llano . Bogotá: Codiscos, 2012.
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