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29 Después pasaba algo que no recuerdo bien. Quizás pasaba el tren. Pero lejos de allí, la Reina en el Palacio jugaba al ta te tí, y dijo varias cosas que no las entendí. Y entonces. Me perdí. Ah, vino la Princesa vestida de organdí. Sí. Vino la Princesa. Seguro que era así. La Reina preguntóle, no sé qué preguntó, y la Princesa, triste, le contestó que no. Porque la Princesita quería que el Marqués se casara con ella de una buena vez. No, no así no era, era al revés. La cuestión es que un día, la Reina que venía dio un paso para atrás. No me acuerdo más. Ah, sí, la Reina dijo: —Hijita, ven acá. Y entonces no sé quién. Mejor que acabe ya. Creo que a mí también me llama mi mamá. María Elena Walsh

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