Comunicación 5 Secundaria Actividades Construye MUESTRA NORMA PACK
32 ©EDUCACTIVA S.A.C. Prohibido fotocopiar. D.L. 822 Unidad 1 El Mahabharata 1. Lee con atención el siguiente texto. En una segunda lectura, identifica y apunta sus características principales. Leemos Es un poema que pertenece a la mitología hindú, escrito en lengua sánscrita. Está organizado en 19 partes con casi 120 000 estrofas. El Mahabharata comprende un conjunto de leyendas que narran la lucha entre dos ramas rivales de la antigua estirpe real de los bharata : los pandava y los kaurava. A esta historia se añadieron aspectos diversos de la mitología y ética hindúes. En el aspecto ético, el Canto del Bienaventurado (o Bhagavadgita ) ocupa un lugar central. Se trata de un largo poema filosófico que contiene un consejo dado por Krishna a su amigo y discípulo Arjuna. Ahí se expone el ideal filosófico de liberación individual y el ideal ético de servicio social. El nacimiento de Vyasa Parashara, célebre ermitaño, debía su fama a los poderes que había adquirido gracias a tremendas austeridades. Un día quiso atravesar el río Yamuna. Su mirada buscó una barca y precisamente allí se hallaba Satyavati, la hija de uno de los reyes de los pescadores. Subió al bote. La travesía era larga. El ermitaño contempló a Satyavati. De pronto, se acercó a ella con estas palabras: —Satyavati, elegida entre todas, acepta mi amor. La joven lo miró con más atención; el ermitaño no le pareció ni viejo ni feo. —¿Cómo voy a aceptar —le preguntó—, si pueden vernos desde las orillas del río? —No tienes nada que temer —le garantizó el ermitaño. Y, con su poder mágico, hizo surgir una niebla tan espesa que ni la misma noche, que estaba a punto de caer, fue capaz de atravesar. Satyavati se sonrojó, bajó los ojos y murmuró: —Soy una doncella. ¿Cómo podría volver a casa de mi padre sin haber realizado los santos ritos del matrimonio? —Seguirás tan pura como antes —declaró—, pero tienes que confiarme tu más preciado deseo. —Ermitaño —replicó Satyavati—, a causa de mi oficio, mis vestidos y mi cara huelen a pescado. Remédialo, si así lo deseas. Satyavati hizo un gesto de sorpresa: el espantoso olor que la atormentaba se había desvanecido y había quedado reemplazado por un perfume embriagador. Embelesada, besó a Parashara, y la barca se deslizó por algún tiempo sin timonel, a la deriva… Después Satyavati volvió a agarrar los remos y dejó al ermitaño en la otra orilla del río Yamuna. Se dijeron adiós. La barquera no solo seguía siendo virgen, sino que la suave emanación de su cuerpo impregnaba el aire a su alrededor en tres leguas a la redonda. Desde entonces, los de su país la apodaron Ghandavati, “la perfumada”. Con alegría, pronto se dio cuenta Satyavati de que iba a ser madre. Cuando llegó el momento, dio a luz a Vyasa, que, nacido en una isla en el medio del río Yamuna, recibió el apodo de Dvaipayana: “el que nació en la isla”. Poco tiempo después del nacimiento de su hijo, Parashara se presentó de nuevo y, con permiso de Satyavati, se llevó al niño con él. Vyasa creció entre los ermitaños y, desde su más tierna infancia, dio muestras de que su corazón y su mente poseían elevadas cualidades. Más tarde, se hizo a su vez ermitaño. Sus inclinaciones y cualidades lo llevaron aun más lejos, y pronto fue aclamado como un gran poeta, un místico, un santo. Muchos veían en él una encarnación de Vishnú, el Señor Supremo. Recuperado de https://goo.gl/144oAn (Fragmento)
RkJQdWJsaXNoZXIy OTA1MTU5