TAZ_ElPequenoQuijote

28 Debo decir que, como portero de esta escuela y amante de los libros, esta historia me parece muy divertida. Extraña, pero divertida. No me imaginaba que algo así pudiera suceder aquí. Es decir, sé que de vez en cuando un mucha- chito pierde la cabeza por una niña. Lo he vis- to muchas veces en estos años. El pobre chico se pone como un loco, anda por los corredores diciendo “ay, ay”, como si le doliera la panza; escribe su nombre en las paredes y dibuja cora- zones con flechas (que luego yo debo limpiar); le manda cartas y regalos de todo tipo, desde peluches hasta animalitos. Conocí uno que se creía muy audaz y que vino una vez con una guitarra y le cantó en medio del patio una can- ción a la chica que le quitaba el sueño. Aullaba como un perro a la luna. Todos tuvimos que ta- parnos los oídos. Al pobre sus amigos le bajaron el pantalón y tuvo que cubrirse con su guitarra. La chica también se rio de él. Son los peligros que implica el enamorarse así. Pero es la primera vez que escucho que un joven se vuelve loco por los libros. Me intriga

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