CYC_RomeoYJulieta_Cara
ROMEO Y JULIETA 24 ROMEO ¡Ay! ¡Que el amor, que lleva siempre vendada la vista, halle sin los ojos camino franco a su voluntad! ¿Dónde comeremos? ¡Mísero de mí! ¿Qué reyerta ha habido aquí? Mas no me lo digas, pues todo lo he oído. Mucho da que hacer aquí el odio, pero más el amor. Por tanto, pues, ¡oh amor pendenciero! ¡Oh odio amoroso! ¡Oh suma de todo, primer engendro de la nada! ¡Oh pesada ligereza, grave frivolidad! ¡Informe caos de seductoras formas! ¡Pluma de plomo, humo resplandeciente, fuego helado, robustez enferma, sueño en perpetua vigilia, que no es lo que es! Tal es el amor que siento sin sentir en tal amor amor alguno. ¿No te ríes? BENVOLIO No, primo; más bien lloro. ROMEO Buen corazón, ¿de qué? BENVOLIO Del agobio de tu buen corazón. ROMEO ¡Qué quieres, achaques son de amor! Mis propios pesares abruman mi pecho, que se acrecientan más con los tuyos. Ese afecto que me has mostrado añade nuevo pesar al exceso del mío. El amor es humo engendrado por el hálito de los suspiros. Si lo alientan, es chispeante fuego en los ojos de los enamorados. Si lo contrarían, un mar nutrido con lágrimas de amantes. ¿Qué otra cosa más? Cuerdísima locura, hiel que endulza y almíbar que amarga. ¡Adiós, primo mío! BENVOLIO ¡Aguardad! Quiero acompañaros. Si así me dejáis, me ofendéis.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTkzODMz